Grietas

Se va la memoria,
pero no el cariño;
basta el poema del Piyayo,
una canción que ilumine la cara
para que caigan lágrimas de emoción;
y no hace falta saber nada,
sólo tocarse y mirar a los ojos,
atender al que ha olvidado
y besarlo como si aún fueras su hija;
no hay recuerdos en el amor.



El Piyayo

Desde hace ya seis años
me asalta un nervio
junto al motor que llega,
es de color negro compañero
y me alcanza con los brazos en dos,
me levanta del suelo,
escurre los dedos en el cuerpo
y me agarra abrazado
con esa voz bajita de tiempo;
hoy duermo a tu lado
y no es un sueño,
somos los dos contra el mundo.

Amigo

Perdí mi cara y la mitad del cuerpo,
se arrugaron los hoyuelos
como se oscurecen los rincones con el tiempo;
y esa pausa destapó un secreto
en el descanso de cada parpadeo,
en ese segundo que simula el sueño
como cuando el cuerpo se retuerce en el rocío
y cierra los ojos un momento,
funde en negro el día
y respira la noche
para no perder la vida al despertar;
ahora soy yo otra vez,
otra más.

Y se abre el cielo desde el sur,
recorre kilómetros por mí,
carga la mochila de nuevo
para llevarme de vuelta
con los compañeros;
y puedo ver todo lo bueno
que está ocurriendo,
que viene sin precio
después de años, días,
horas sin encuentro,
la vida vuelve a tener sentido
desde el lugar de donde vengo;
y esta vez yo no me muevo,
ni lo pienso más,
es justo lo que quiero.

Se apagaron todas las luces,
aún podían oírse las risas
de aquella casa al final del verano,
el otoño acabó;
quedó un poema en tela,
pintura y pinceles por todos lados,
hojas de carbón,
el cuaderno de aquel azul de cuento,
la ruina de un sueño;
y volvieron las barbacoas,
las terrazas de invierno,
los amigos y compañeros...
y ahí nos quedamos,
tu luz no.

Ya te dije que estamos cansados,
que aquí no queda mucho,
el saqueo es constante
y todo lo que imaginas
no cabe en nuestras casas,
aquí la vida no es un poema
ni tenemos alas,
no hay padrino
y la tranquilidad se paga;
por eso hay cierto desorden
y mucha rabia,
no vivimos entre almohadas
y ya no está la mama,
nos quedamos solos;
nuestro corazón sólo explota,
no hace magia.

Mirando Las Estrellas

Cuidado con el menosprecio,
sólo habla de ti
y acabará alcanzándote;
la debilidad del otro
no es tuya para enterrarlo,
nadie te llamó para eso,
no eres quien a su lado,
te queda grande el amor
cada vez que le das la espalda
a un ser humano,
cada vez que te ríes
como si no existiera;
no hay nada que pueda esconder
tanta crueldad,
la libertad no es eso
y tu dolor tampoco.

Words

Algún día se escribirán tus pasos,
se leerá ese anhelo en tu rostro
que nos incluye a todos;
tú naciste antes de tiempo
fruto de un primer amor,
así lo vivieron,
y creciste entre relatos y sueños
que sólo se ven si miras,
tú vives a corazón abierto
en cada gota de lluvia,
en un diluvio interminable
con tu barquita;
y arriba, abajo, a los lados,
en todas partes,
tu gesto siempre brilla,
sin ti no hay familia;
el amor está en tu mirada,
en tu risa bailando la vida.

He perdido tu voz y tu mirada,
tus palabras de amor,
tu risa sin freno;
y quedó un girasol
en aquel bosque mágico
que ya no mira a ningún lado,
huyeron las amapolas
del lugar que imaginamos
y la tierra cubrió su huella
con los años;
los árboles no llegaron a tiempo
de esconderme,
te perdí en un claro.

Dos Galaxias

Queda vacío el recuerdo
de aquella mañana al balcón,
se curvó el tiempo allí
entre macetas de risa
y el día abriéndose en dos;
todo ocurrió en aquel lugar
donde nos creímos muertos al fin
y respiramos juntos
la vida que nos habían quitado
para escribir la nuestra;
y eso hicimos,
hasta que los otros hablaron.