Grietas

El azul está ahí fuera
y la misma muralla,
las manos aprietan con miedo
y la luz se detiene en la ventana
lanzando rayos al corazón;
y el cuerpo se retuerce
dando vueltas en una risa violenta
que deshace un sueño dorado,
el de la liebre al descubierto,
espantada y suelta;
aquí no hay retorno.

Yo lo intento cada vez
y consigo acercarme de lejos
allí donde habita la fantasía,
pero mi lugar quedó yerto hace tiempo
y ahora lo sé;
se quebró el cielo en otras manos,
en otro cuerpo
todavía atrapado en un poema
que rompió todo anhelo,
toda nueva caricia en verso;
y ya sólo confío en el descanso
de ese amor que habla bajito
y abraza sin miedo
en un pacto que no quiero romper,
me fue la vida en ello.

Hay un deseo que explota en palabras
y cada día aparece
con el norte a su lado,
esconde caricias en sílabas
y recorre el cuerpo
como si llegara hasta aquí con las manos;
es fuerte, calmado,
de los que se erizan,
dice cantar como un pájaro
y no está enjaulado.

En la lluvia de esta noche
ha caído toda la magia
de aquel cuerpo
ahora ahogada en el murmullo
del patio donde reíamos;
y no hay murallas que asaltar
ni bancos para mirar las estrellas,
no queda rastro de ti en los párpados,
sólo una mancha en el pulmón izquierdo
y un latido menos.



Please

Vuelvo al recuerdo
cada vez que algo me aterra,
a ese que siempre duele,
que se escribe una y otra vez
hasta detenerme en ti;
y doy vueltas en la misma esquina
cerrando los ojos,
me dejo caer al suelo
para esconderme,
me agarro fuerte para no perderme
en lo que acontece fuera de mí;
ya no sé si quiero salir,
si puedo.

"I tried to laugh about it"

Hay palabras sorpresa
capaces de confundir el sueño
en ese rincón del suelo
que aún ve la belleza quieta
en los movimientos del deseo
y los giros de almohada;
están bien armadas, sin duda,
invitando a saborear la vida
cuando deberían haberla acabado;
y a mí me dan miedo, mucho,
porque son preciosas.

Caballitos de anís

Yo soy el verso de un niño poeta obrero
y una niña mujer sonriendo,
de su amor de otro tiempo;
yo soy su libertad y su recuerdo
en mis hermanos y en mí.

Lo sabes bien,
caducas en aquella fantasía,
en cada impulso hacia atrás,
por descuido,
por rabia,
por las náuseas;
y cada día te detiene,
tira de ti hacia un infinito
que no existe y aún duele,
detrás de los ojos,
en las manos atrapado;
y ahí no estás tú, ni puedes,
no hay nada.

A nadie

Llegaste con el rostro cansado,
la voz bajita,
los ojos cayendo;
y hablabas con la historia a cuestas,
sin adornos,
en un relato de tus días solo;
y yo quise abrazarte lento,
despacio y con cuidado,
con la piel a tu lado
sin romper en palabras
ni alterar el ritmo de tu corazón;
eres un personaje de cuento.

Hay un lugar de recuerdos en eco
arrastrando la tristeza,
se vive cada día
y ensordece el corazón;
hay una puerta que no cierra
y una llave que no sirve,
una ventana a la memoria
que resuena en el cuerpo
y enloquece el alma;
no hay elección más allá de lo que sucede,
ya eres lo que puedes, y está bien.