Quieta
octubre 22, 2021
Despierta en el desmayo del día, recordando los sueños de la pesadilla y esperando no sentir los gritos de cada noche; atrapada en lo concreto, en una insoportable estúpida existencia que consume los días irreparablemente y se confunde en su seno hundiendo el cuerpo en un lecho inmóvil, en un gran vacío de figuras danzantes que se contonean y me dan la espalda, con el miedo a perder este espacio en el que la honestidad y el cariño han dejado de provocarme vómitos. (Familia, 1997)